Cuando yo era tan sólo un niño, allá por los noventa, las diferentes
cadenas de nuestro país se pusieron de acuerdo para importar, y a su vez
emitir, una producción animada muy curiosa, que traía debajo del brazo
un mensaje aleccionador. Con semejante plantel de protagonistas los
niños de todo el país no pudimos sentir una atracción hacía su
visionado. Además, en España se aprovechó el estreno para emitir antes
un mensaje de su majestad la Reina, por si el contenido de la cinta no
nos quedaba muy claro...
Un chico normal y corriente descubre el mundo de las drogas, su actitud
hará que diferentes personajes del mundo animado le aleccionen y le
conduzcan hacía un mejor camino.
Por un lado, es encomiable que diferentes marcas registradas (Disney,
Warner, Hanna-Barbera...) se pongan de acuerdo para hacer que sus más
conocidas figuras televisivas aparezcan juntas en un proyecto de este tipo sin peleas
sobre cual debe tener más o menos protagonismo (como si pasó en ¿Quién engañó a Roger Rabbit?),
es de suponer que hacer un trabajo de estas características elevaba sus
nombres a la categoría de empresas solidarias, así que hubiese sido
extraño dejar escapar una oportunidad así. A pesar de ello su resultado
no es que sea un trabajo de calidad absoluto, aunque eso no es el
principal objetivo de la película.
Sus buenas intenciones de hacer llegar un mensaje anti-drogas a los más
jóvenes es algo confuso, las estrellas invitadas como Winnie the Pooh,
Alf, Garfield, Los Pitufos, Las Tortugas Ninja, Bugs Bunny, Los
Pequeñecos... son figuras clave para atraer a los más pequeños de la
casa (como así fue), pero su mensaje iba dirigido hacía los jóvenes, que
indudablemente no se sentirán atraídos por la producción. Por ello se
convierte en una película un tanto grotesca de difícil catalogación y
que falla en su objetivo.
En temas de calidad, la historia es bastante simplista y el uso de la
animación demuestra el bajo presupuesto de la producción, incluso las
características de los protagonistas pierden fuerza comparándolas con
los originales, que en la mayoría de casos ven su esencia perdida, salvo
en alguna contada excepción como Garfield que si conserva su humor
ácido y cotidiano.
En definitiva, esta historia de una media hora a los que pudimos vivirla
en su época y momento nos ha quedado grabada en nuestra mente para la
posteridad, y desconocida para la mayoría a los que
invito a darle un vistazo, si bien su visionado es al menos curioso.
https://mega.nz/#!wtlEzKBD!IVKox-I84WKgRgNu3H6SZhLd2iOHdnAs8A_Fwb4V51w
No hay comentarios:
Publicar un comentario