¿No
os pasa a vosotros a veces que hay películas de culto o
desconocidas que te enteras de su existencia que por circunstancias
de la vida, nunca encontráis el momento de ver? Pues eso es lo que
me pasaba a mí con Campamento
Sangriento (1983),
que no la había visto y para un amante del cine de terror, y
especialmente de los slashers
ochenteros
como yo, esto era un pecado. Hace unos cinco años le puse solución
y me encontré una agradable sorpresa.
Lo
primero que tengo que decir es: ¡Uoooooh! ¿Cómo podía no haber
visto este slasher? No creo que hayáis visto una película
como ésta. Vamos a ver, aunque en un principio puede parecer la
típica película de asesinatos ambientada en un campamento de
verano, toda la cinta tiene una atmósfera muy rara y unas
connotaciones sexuales de lo más extrañas. Y mejor no hablemos de
ese final, que si no lo conocéis, os dejará con la boca abierta y
se quedará grabado a fuego en vuestra memoria.
Ocho
años después de que su padre y su hermano perdieran la vida en un
trágico accidente en un lago, Angela se dispone a pasar el
verano junto a su primo Ricky en el campamento Arawak.
Nuestra protagonista, todavía traumatizada y prácticamente
catatónica, se convertirá en el blanco de las burlas y pesadas
bromas de sus compañeros. Su primo no dudará en defenderla de estos
ataques y enfrentarse a todo el mundo que ose meterse con Angela.
Al poco tiempo, los campistas empezarán a ser asesinados uno a uno,
con lo que el terror llegará hasta ese apacible lugar.
Su
peculiar guionista y director es Robert
Hiltzik, que dedicó la
película a su madre, dedicatoria rara que alcanzará su punto álgido
con el desenlace final, jajaja. Hiltzik
sólo dirigió esta película y una secuela casi 25 años después,
Campamento sangriento: el
regreso (2007), que fue
directamente lanzada al mercado doméstico. ¿Y dónde diréis que se
inspiró nuestro amigo para escribir esta historia? Efectivamente, en
un campamento de verano de su infancia, donde le sorprendió la poca
supervisión que tenían los menores y cómo éstos corrían como
posesos por el lugar. Esto último aparece reflejado en el comienzo
de la película cuando riadas de niños salen de los autobuses
corriendo como locos hacia el campamento.
Aunque,
aparentemente, Campamento Sangriento parece una de tantas
copias que se hicieron en la época de Viernes 13 (1980), es
mucho más que eso. Coincide con la película de Sean S.
Cunningham en su localización en un campamento, con un asesino
que va matando poco a poco a los campistas y del que desconocemos su
identidad,… pero se diferencia en que la mayoría de los
protagonistas de la película son verdaderamente niños o
preadolescentes, lo que no impide que exista una carga sexual
bastante perturbadora durante toda la cinta. Aquí los que más carne
enseñan son los chicos con sus shorts y sus camisetas ombligueras,
como ese monitor que parece sacado de un concurso de culturismo.
Pero
sin duda, lo que más me llamó la atención es esa sexualidad tan
perturbadora y extraña que actúa como telón de fondo, como os
comentaba antes. Me quedé alucinado con esa escena en la que el
equipo de cocina del campamento está viendo la llegada de los niños
que corren compulsivamente, y el jefe de cocina los mira con lascivia
y hace comentarios sexuales .Yo miraba la pantalla con ojos como
platos y pensaba ¡pero si son sólo niños! Me pareció una escena
de lo más rara y dudo bastante que, en el tantas veces puritano cine
estadounidense actual, se mostrase algo así de manera tan explícita.
En
cuanto a las actuaciones destaca una genial Felissa Rose en su
interpretación de la traumatizada Angela. Esas escenas en las
que aparece catatónica, mirando fijamente a la persona que le esta
hablando, sin pestañear, ni pronunciar una palabra, se han
convertido ya en míticas en el cine de terror. Me hizo mucho gracia
también la actuación de Jonathan Tiersten como ese primo
sobreprotector que defenderá a su prima de todos los que se meten
con ella, insultándoles y diciéndoles auténticas barbaridades. Yo
pensé que en algún momento le iba a dar una ataque de lo rojo y
colérico que se ponía, jajajaja.
La
pelicula no se recrea especialmente en los asesinatos, no hay mucha
sangre. Incluso en uno de ellos no se ve nada, sólo se insinúa por
medio de sombras y el arma utilizada: un rizador de pelo, de lo más
original, ¿verdad? A pesar de ser una película de bajo presupuesto,
el maquillaje y los efectos especiales están muy conseguidos.
El
guión tiene muchos fallos y es difícil tomárselo en serio, pero
solamente por ese giro que da toda la historia al final en los
últimos minutos, merece la pena verla. Cuesta entender cómo, a
pesar de que los asesinatos se van sucediendo, la vida en el
campamento sigue igual. Incluso bromean con ello cuando al tercer
asesinato o así, muchos de los padres se han llevado a sus hijos y
uno de los monitores apunta que ahora no va a haber gente suficiente
para jugar un partido de beisbol. Algo de suma importancia en ese
momento, se ve. Y digo yo, los padres de los niños que se quedan ¿en
qué estaban pensado dejándoles en un sitio donde no paran de
asesinar a gente?
Sin
duda, recomiendo encarecidamente Campamento
sangriento
a todos aquellos que no la hayáis visto porque por algo se ha
convertido en una película de culto que cuenta con muchos
seguidores. Por
cierto, la calidad del vídeo es regular tirando a pésima. La podéis
encontrar en calidad Blu
Ray ya que hace poco salio en España en este formato pero cambiaron
el doblaje original por uno completamente nuevo y con voces
desconocidas y en doblaje original tenemos a voces tan míticas como
Jordi Pons, voz de Marty McFly de regreso al futuro, así que el
doblaje original ayuda a ese regusto ochentero que tanto bien le
hacen a este tipo de películas.
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