lunes, 28 de diciembre de 2015

El mundo está loco, loco, loco

¡Menuda locura de película! El mundo no sé si estará loco, pero ya os digo que la peña que sale en la película está para que los encierren. La historia consigue que te partas la caja de la risa con las chuflas que se les ocurren para conseguir el maletín con la pasta. La historia de “El mundo está loco, loco, loco” me parece de lo más original, y la forma en que hacen que sea divertido lo que le pasa a cada uno de os que van tras el dinero es para quitarse el sombrero. Si no me equivoco(hace tiempo que no la veo), creo que hay unos seis grupos diferentes de gente que hace lo más estrambótica para llevarse el dinero, y cada uno tiene su pequeño momento de gloria, ya sea de tonterías o de cosas chungas que le pasan, para poder ganar al resto. Pero, por suerte, “El mundo está loco, loco, loco” no es una película de paridas. O sea, que no quieren ser graciosos a base de sacar a cuatro atontados que se crean la leche de divertidos, sino que lo que hace tanta gracia de la historia es que todas las movidas que les pasan a cada uno de esos grupos son sencillamente geniales. Lo que ya me cuesta más es adivinar qué se le tuvo que pasar por la cabeza al que escribió esta película, porque juntar a tantos personajes y que la historia sea así de divertida tiene que haber sido chungo.

Otra cosa buena que tiene “El mundo está loco, loco, loco” es que tiene para todos. Me explico. Al haber tanta variedad de gente saliendo por ahí, siempre hay un “capítulo” como si dijéramos que te hace gracia y, además, hay para todos los gustos, porque reparten estopa sobre prácticamente todo: la suegra coñera y el yerno que está hasta las pelotas de ella, el timador que hace todas las fullas posibles, el brutote que tira de fuerza para tirar p’alante, el hombre de negocios que vendería a su madre con tal de hacer un buen negocio, el matrimonio que no ve otra cosa que no sea el dinero. Vamos, lo dicho, que para todos los gustos.

Además, otra cosa más a favor de “El mundo está loco, loco, loco” es que, aunque el fondo de la historia tiene su chicha, es simpática a rabiar. Si os paráis a pensar un poco, al fin y al cabo, lo que te están contando es cómo un grupo de avariciosos hasta la médula (que hasta se cagan en enterrar como es debido al que les cuenta lo de la maleta escondida) están dispuestos a pasar por encima de quien haga falta y pasarse por la entrepierna cualquier ley si eso les permite encontrar la pasta antes que el resto. Que tiene tela el asunto. Pero, para qué nos vamos a amargar si, contando lo mismo, se puede hacer de una forma tan cachonda y cojonuda.

Sobre los momentos más importantes, no sabría muy bien cuál destacar. A mí me hace gracia desde el cameo de Jerry Lewis (que sale conduciendo un coche que pisa a posta el sombrero del policía que se vuela de su cabeza y cae en la carretera), hasta el final ese apoteósico en el que salen todos despedidos por los aires de ese edificio medio en ruinas. Ah, y, por supuesto, el talegazo final que se mete la vieja toca pelotas. Os juro que la película merece la pena ya sólo por ese momento.

En definitiva, “El mundo está loco, loco, loco” es un cachondeo de película descomunal, divertida desde que empieza hasta que acabara. Puede que un poco demasiado larga porque, como quien no quiere la cosa, dura más de dos horas y media.Os la recomiendo si queréis pasar un rato divertido a base de bie
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