Esta
semana la película protagonista es una que le tengo un especial
cariño, ya que el que esto escribe actuó en ella como figurante
compartiendo rodaje y escena con los dos grandes maestros desaparecidos, Alfredo Landa y Nino Manfredi, lo cual puedo sentirme
orgulloso de ello, ya que muchos actores consagrados no pueden
decir algo similar Y por supuesto, sin tener en cuenta que deje mi minúscula
semilla en esta película, es una película bastante desconocida que
se merece estar en un listón más alto en donde esta y yo al menos
que una persona la vea y la conozca por mi blog me sentiré realizado por ello.
La
sombra de la guerra civil vuelve a asomar en una película española
pero esta vez solo sirve como arranque a la historia, ya que se
desarrolla en el año 1980. Un hombre vuelve a Granada después de 40
años, lo que le hace recordar la terrible época bélica, y cómo
ayudó a un hombre moribundo que encontró. Este hombre era una de
las muchas víctimas de fusilamientos, y fue dado por muerto por sus
verdugos. El chaval es llamado a filas y deja al cuidado de las
monjas al hombre, que tiene sus facultades mentales mermadas.
El protagonista está encarnado por Alfredo Landa, del que poco hay que decir. Fue unos de nuestros actores patrios más reconocidos y unos de los grandes de nuestro cine. Puede gustar o no, pero es un hecho que es parte de la historia del cine en España. El fusilado en cuestión es también el desaparecido Nino Manfredi, veterano intérprete que trabajo con Zeffirelli, Dino Risi o Berlanga, ahí es nada.
También aparece Kiti Manver, estupenda como siempre pero con un papel que recuerdo mucho a otros trabajos suyos, a los más exagerados, por cierto. En un papel más secundario, pero quizá con la mejor interpretación de la película encontramos a un misterioso José Luis Gómez.
La película es fantástica, está bien resuelta y tiene una historia interesante y tiene algún guiño sutil a otras películas. Por ejemplo: Cuando Landa lleva al mendigo, llamado Galápago, a su casa recuerda bastante a la obra maestra de Steven Spielberg, E.T. De hecho Landa intenta que Galápago diga frases, y la primera que el atontado mendigo dice es “miiiiii... jacaaaa”.
Siguiendo
con el cine fantástico, la interpretación y caracterización de
Manfredi
recuerdan bastante a la de Karloff
en
Frankenstein,
no sé si intencionadamente pero me arriesgo a decir que sí, ya que
en el film se refleja un mensaje prácticamente idéntico a dicha
película clásica.
En todo caso, la película se disfruta, y unos de sus mayores bazas son las hermosas localizaciones de mi maravillosa ciudad de Granada, y por los textos del genial Federico García Lorca.
De hecho, la película se adentra en el mundo de Lorca a partir de un punto de la película y quizá lo hace de una forma demasiado didáctica, que más bien parece un programa de la Noche Temática. Enseñar al público la obra y vida de Lorca sin duda es una buena cosa.
Un film recomendable para aquellos que disfruten de las películas “de actores”.
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