miércoles, 20 de julio de 2016

The Tracey Fragments


Película de corte independiente, "The Tracey Fragments" dirigida por un creativo e imaginativo Bruce McDonald, que utiliza sabiamente a mi actriz favorita, la señorita Ellen Page, grande en todos los sentidos. La película es un análisis no lineal de la maduración de un personaje que se topa de narices con la realidad, que descubre lo que la gente puede ofrecerle una y otra vez vaya a donde vaya, corra a donde corra, el descontento o la infelicidad humana. El sentimiento de búsqueda es algo que también se toma con cierta anarquía el film, desde los paseos en autobús buscando a un ser querido con paradero desconocido, el sentimiento de culpa, la decadencia social o el sexo de la manera más burra y descabellada que se haya podido ver. La señorita Ellen Page compone este personaje acorde con estos hechos argumentales, un gran papel donde la imaginación del guión expone unos excelentes diálogos y monólogos morales que harán pensar casi sin aliento al espectador sobre lo que está contemplando (la película dura poco, con lo cual la experiencia no se hace pedante y es exhaustiva). La cantidad de material se auna de manera creativa y bastante llamativa, el visionado a veces es complicado, pero tiene todo el sentido, los fragmentos de Tracey están tan desordenados como el propio personaje en sí, con lo cual, el círculo técnico y argumental se dan la mano en muchísimas ocasiones, esto es un total acierto en mi humilde opinión. 

Dentro del reparto, también cabe destacar al personaje adolescente del que se enamora Tracey, Billy Zero, interpretado por Slim Twig, un personaje frío y con un trasfondo vomitable, realmente una lección de moral de mediocridad masculina para las adolescentes que vean el film, muy acertado. La música, básicamente se compone de unos psicodélicos temas de un grupo que he descubierto por este film tengo que admitir, Broken social scene, que están fantásticos y aportan una hermosa atmósfera. Vuelvo al director, Bruce McDonald, para destacar la gran labor documentalista que usa dentro de la historia. La cámara en mano es casi todo el tiempo el alma técnica de la cinta, pero hay que destacar algún que otro momento donde la cámara es un personaje más y el escenario cuenta de manera especial el momento, el autobús, la curiosa casa y verja donde reside la protagonista, o el plano secuencia final, que capta esa soledad del personaje con tal crudeza que se acepta con dignidad, un final que simplemente deja todo donde empezó, pero poniendo al espectador en advertencia con todo lo que le rodea, como suelen decir, películas que dejan como un día o dos con la mente en vilo, pensativos.

Momentos para destacar: El inicio, es bastante abrumador porque simplemente no se sabe que está ocurriendo, las secuencias dentro del autobús son muy buenas. El personaje de Tracey imaginándose su idílica vida con Billy Zero, un puntito creativo y desmesurado del film que saca alguna que otra sonrisa y a su vez expone muy bien como acabará todo. El giro final es bastante bueno, con Tracey y Billy Zero teniendo una secuencia durísima dentro del coche y totalmente cruda, genial, y el plano final, una de las cosas que me dejaron helado. En general, estamos ante una película que paso totalmente desapercibida,que no se estreno en nuestro país, y que recomiendo ver porque realmente merece la pena por tener un puntito de originalidad y ser algo diferente dentro del cine actual, aparte claro, de la corta duración que la hacen más intensa si cabe.

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